lunes, 6 de julio de 2009

DE BRAZOS ABIERTOS.

El primer error que puedo cometer al observar sobre la violencia en mi país, es asumirla como parte de él, como que en El Salvador hay demasiada y por lo tanto no me queda más que cruzar de brazos y callar.

No invito a ignorar la realidad y pretender que sí es posible caminar con mi pareja por el centro de San Salvador a la media noche, por supuesto que entiendo que hay que ser precavido, entiendo que hay que tratar con personas con quienes no es posible en primera instancia negociar, es sólo que me niego a creer que voy a vivir así para siempre, me niego a pensar que tengo que huir de mi país para vivir “tranquilo”.

Creo que es prudente ponernos un filtro para ser objetivos en la elección de la información que ronda diariamente en el medio, pienso que es necesario para todo salvadoreño detenerse un rato y meditar sobre nuestros niveles de calidad de vida, sé que es obligación de todo salvadoreño exigir con la mayor fuerza posible a todas las instancias pertinentes a atender este grave problema de una manera integral.

Yo me rehúso a pensar que no puedo ser libre, me rehúso a someterme a la “voluntad divina”, me rehúso rotundamente a sólo rezar para que las familias vivan en paz, para que los dolores cesen no por que se disminuyen los sucesos, sino por que nos seguimos acostumbrando a la muerte como compañera diaria de lo largo de nuestras vidas, como algo cotidiano, como un “ni modo”, como un ser de una especie superior que necesita un sacrificio periódico -más de 10 veces al día- que ha sido derrotado o reducido en otros países menos acá, por que acá no podemos.

Estoy consciente que todo esto no depende de sólo de algunos que estén de acuerdo conmigo, mucho menos sólo de mí, estoy consciente de lo poco que puedo hacer yo sólo, pero acá les entrego estas palabras como una seis millonésima parte necesaria, entiéndanse éstas como una manera de no cruzar los brazos.

Gracias Lino, por tu sonrisa innegable, por haber sido compañero y amigo, por los goles, por la poca o mucha cercanía en el colegio, en fin, por habernos acompañado siempre con los brazos abiertos.

2 comentarios:

  1. lindísimo Fox...
    te acompaño en tus opiniones.

    ResponderEliminar
  2. Exacto Fox, no hay que callarse, la ùnica manera que esto no se termine de ir al carajo es hablar y hablar cada vez màs para que sepan que si existimos lo que nos preocupa nuestro pais y no queremos más seguir viviendo de esta manera. Que nos atrevemos y sabemos que podemos vivir en un mejor El Salvador y no tenemos que ver a otro amigo caer producto de esta irracionalidad.

    Saludos hermano,
    R.

    ResponderEliminar